sábado, 26 de noviembre de 2016

Declaración Universal de los Derechos Humanos en LSE

El nombre secreto de Ra

El nombre secreto de RA







El dios-Sol Ra tiene muchos nombres, pero sólo uno es secreto: el que le da gran parte de su poder.
Isis se preguntaba cómo podría obligar al dios del Sol a revelar su nombre más secreto. Decidió esperar a que se le presentara una buena ocasión, y se puso a vigilarlo atentamente.

Cuando Ra se quedó dormido, Isis aprovechó para recoger la saliva del dios y la mezcló con un poco de tierra, con la que dio forma a una peligrosa serpiente con la intención de que mordiese al dios.

Isis colocó al animal en el camino por el que Ra iba a pasar, de modo que la serpiente lo atacó. Ra lanzó un terrible grito de dolor y el veneno de la serpiente empezó a invadir su ser, sin poder combatirlo y sin saber de dónde provenía. Los demás dioses, apenados, observaban cómo sufría.
Entonces la diosa hechicera, Isis, se acercó y le dijo: "Dime tu nombre secreto y te curaré".


Ra comenzó a decir varios de sus nombres: "Creador del cielo y de la  Tierra, Arquitecto de las montañas, Controlador de las crecidas..." Pero no llegaba nunca a decir su nombre secreto.

Era tan fuerte su dolor por la mordedura que terminó accediendo con una condición: que Isis y su hijo Horus no lo revelasen a nadie.

Isis curó a Ra mediante una fórmula mágica y aplicándole un ungüento hecho con hierbas.

Y así es como la diosa Isis consiguió ser tan poderosa como el dios-Sol Ra.

En busca del fuego

En busca del fuego








La película cuenta la historia de un grupo de neardentales en su búsqueda por recuperar el fuego perdido hace 80.000 años. El fuego les protege de los animales y les sirve para cocinar, el problema es que los protagonistas no saben crearlo, sólo saben conservarlo y en una refriega con otra tribu de homínidos lo pierden. Entonces deciden mandar a un grupo para que busque y traiga fuego. En esta epopeya tendrán que enfrentarse a las inclemencias del tiempo, a los ataques de los animales y de otros homínidos. Finalmente, se encontrarán con una tribu de Sapiens que les enseñarán el secreto del fuego.

El clan del oso cavernario

El clan del oso cavernario


Jean M. Auel






Nos narra como Ayla, una niña Cro- magnon de 5 años, queda aislada de su tribu por culpa de un terremoto. Pese a ser de una estirpe más desarrollada, es acogida por un grupo de Neardentales, que basa sus razonamientos y comportamientos en las experiencias de sus antepasados. 

Ayla es el eslabón evolutivo, que introduce el adelanto y la renovación. Sus cualidades innatas provocan la conmoción en la sociedad con la que convive y es expulsada por el jefe del clan hacía un futuro incierto.

Las mujeres en la antigüedad

Las mujeres en la antigüedad. 



En las sociedades antiguas, las mujeres siempre fueron consideradas inferiores a los hombres. 

La situación de la mujer egipcia era distinta según la clase social a la que perteneciera. Mientras las mujeres de clases humildes elaboraban cerveza, trabajaban en el campo o en fabricación de telas, las de clases altas se ocupaban de sus hijos y de la casa.

La condición social de las mujeres en la Grecia antigua se limitaba a obedecer al padre o al marido. Ya fueran libres o esclavas, carecían de derechos. Sin embargo, realizaban tareas de todo tipo. Así, además del cuidado de los hijos y el hogar, se dedicaban a las tareas agrícolas, y eran nodrizas, comadronas o vendedoras.

Las mujeres de la antigua Roma estaban sometidas a la voluntad del paterfamilias (padre de familia). Sin embargo, a diferencia de la mujer griega, la romana sí podía salir de casa, y acudir a diferentes eventos y festividades, aunque tampoco gozaban de derechos políticos.

El orden de las páginas

"El orden de las páginas"

Un cuento africano





Un peul y un bambara, que compartían la misma celda, se enteraron a través del guardián de que por orden del rey uno de ellos sería castrado y el otro decapitado.

El peul, más astuto que el bambara, empezó a quejarse de inmediato, gritando que le dolían los testículos, que le dolían mucho y que pedía un alivio. Gritó tan fuerte que el guardián fue corriendo, armado con un sable afilado, y le desembarazó de los dos objetos de su dolor. El peul sufrió muchísimo el resto de la noche, pero en el fondo de sí mismo estaba contento por haber salvado la cabeza.

A su lado, el bambara dormía profundamente.

Por la mañana el rey los hizo llamar y les anunció que eran libres. Su castigo había sido levantado.

El peul se lanzó a una serie de imprecaciones y lamentaciones:

-¡El bambara ha salvado la vida -gritaba- y yo he perdido mis testículos!

-Nunca hay que leer la página cinco antes de la página cuatro -le dijo el rey.

Pájaros prohibidos

Pájaros prohibidos




Los presos políticos uruguayos no pueden hablar sin permiso, silbar, sonreír, cantar, caminar rápido ni saludar a otro preso. Tampoco pueden dibujar ni recibir dibujos de mujeres embarazas, parejas, mariposas, estrellas ni pájaros.

Didaskó Pérez, maestro de escuela, torturado y preso por tener ideas ideológicas, recibe un domingo la visita de su hija Milay, de cinco años. La hija le trae un dibujo de pájaros. Los censores se lo rompen en la entrada a la cárcel.

El domingo siguiente, Milay le trae un dibujo de árboles. Los árboles no están prohibidos, y el domingo pasa. Didashkó le elogia la obra y le pregunta por los circulitos de colores que aparecen en la copa de los árboles, muchos pequeños círculos entre las ramas:

—¿Son naranjas? ¿qué frutas son?

La niña lo hace callar:

—Ssssshhhh.

Y en secreto le explica:

—Bobo, ¿no ves que son ojos? Los ojos de los pájaros que te traje a escondidas.